La modelo que quería abortar para ser famosa se arrepiente en el taxi camino de la clínica. Dice que las pataditas del bebe la han convencido.
Josie Cunningham, modelo inglesa de 23 años, no ha aportado realmente gran cosa al mundo de la belleza ni del arte, pero ahora puede ser un hito en la historia de la bioética mediática.
Primero anunció que quería abortar a su bebé de 4 meses de gestación para entrar en Gran Hermano.
Despertado un gran escándalo, ahora anuncia entre lágrimas que se emocionó al sentir su primera patadita, que ha visto fotos de abortos, que entienden mejor ahora en qué consiste, y que no abortará.
Josie presumía de lo que haría con fama y dinero: “Quiero manejar un brillante Range Rover rosa y comprarme una casa gigante. Nada se interpondrá en mi camino”. También decía que pensaba abortar porque era su decisión hacia la fama, no por necesitar dinero inmediato porque “de hecho, con las fotos del bebé ya tendría dinero”. Y como no se sabe quién es el padre, las especulaciones sobre tal o cual famoso…
Incluso cuando Gran Hermano, al ver el escándalo público, anunció que no la aceptaría en el concurso ni aunque abortase, ella se reafirmó en su decisión repitiendo que “nadie puede influir en mí, no me importa lo que la gente diga”.
No es que Josie no supiese lo que eran las patadas de bebés: ya había tenido dos hijos. Pero algo se activó dentro de Josie con esta primera patadita de su tercer bebé.
Y decidió no abortar.
"Realmente pensé que iba a ser capaz, pero no pude. Había sentido al bebé patear por primera vez 24 horas antes y no pude quitarme esa sensación de la cabeza", dijo, llorando, la modelo que quería ir al programa de televisión ´Gran Hermano´, ahora ya de 18 semanas. "Simplemente no podía hacerlo", declaró Josie al Sunday Mirror .
Josie detalló que se dirigía al abortorio cuando la asaltaron todas las dudas.
"Yo estaba en el taxi de camino a la clínica y me sentí físicamente enferma", dijo Cunningham. "Cuando el taxista me dijo que estábamos a un minuto, me puse a llorar. Quise echarme fuera del coche en marcha, y escapar. Tenía mis manos en la barriga y tuve una sensación muy fuerte: ¡no podía permitir que nadie se llevase a mi bebé!”.
Según el diario inglés, influyó en su caso el haber visto fotos de fetos humanos abortados de 18 y 19 semanas de gestación, que mucha gente le había enviado a su cuenta de Twitter.
“Tuve muchos tuits de gente diciéndome que mirase esas imágenes de fetos de 18 y 19 semanas y que comprendiese lo que iba a hacer”, cuenta Josie.
“Mientras estaba tumbada despierta, antes de la cita, me quebranté”, considera Josie. “Creo que ignoraba los hechos, todo lo que está implicado en el procedimiento”.
Y finaliza con un buen propósito: “He decidido ser una buena madre al igual que con mis otros hijos”, asegura.
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